La plataforma de juegos virtuales Roblox se ha convertido en uno de los espacios en línea más populares a nivel mundial entre niños y adolescentes, al igual que otros videojuegos multijugador con funciones sociales y de creación, como Fortnite. Su interfaz, manejabilidad y, sobre todo, fácil acceso los ha hecho el escenario perfecto para pasar horas de diversión. Pero también un terreno idóneo para que depredadores sexuales de menores puedan navegar libremente.
Es muy común escuchar conversaciones en las que un niño le presume a otro el avance logrado en Roblox. O los mundos creados. O la popularidad que ha ganado. Sin embargo, el trasfondo es complejo y preocupante. ¿Con quién se relaciona y cómo lo hace?
Al ser Roblox una plataforma de creación y variedad infinita puede envolver a cualquier persona en un espiral donde la noción del tiempo, de la realidad y del espacio se pierdan. Y, desgraciadamente, donde adultos que no buscan pasar un rato sano de ocio encuentran las puertas abiertas a un paraíso.
A pesar de que esta plataforma cuenta con normas y reglas de uso, existen riesgos inherentes a los chats integrados en la plataforma. Ahí, quienes buscan algo más que una experiencia cíclica e infinita, comienzan a afilar sus garras. Comienzan a entablar conversaciones, para luego llevarlas a otras plataformas como WhatsApp o Telegram, que es donde ya no existe el “ojo vigilante” robloxiano.
Pero no toda la culpa recae en quien ofrece el servicio, es compartida con quien facilita a los menores una tableta, una computadora o un dispositivo móvil para adentrarse en este mundo. Cualquier padre de familia debiera ser responsable de instalar controles parentales y realizar un monitoreo permanente de las conversaciones que su hijo entable en el mundo virtual.
Epicentro del acoso sexual en línea
Para entrar al mundo Roblox únicamente se necesita un correo y una contraseña. No hay ningún filtro para asegurarse que el usuario tenga 13 años, la edad límite para hacer uso de ella. Gracias a esto es que las relaciones entre adultos y menores aún sin ese criterio lo suficientemente desarrollado para diferenciar las intenciones de una relación virtual son posibles.
Y justo es ahí donde surge el peligro de sufrir grooming online, término que cobró popularidad en la Pandemia por Covid-19, que se ha convertido en una forma delictiva de acoso que se da cuando un adulto se pone en contacto con una niña, niño o adolescente para involucrarle en una actividad sexual.
En septiembre de 2025, el periodista de The New York Times, Eli Tan, visibilizó el caso del Ethan Dallas, un adolescente de 15 años que se suicidó luego de sufrir acoso y amenazas sexuales de Nate, a quien conoció en Roblox, y realmente era Timothy O’Connor, un hombre de 37 años, que terminaría siendo detenido por cargos distintos de posesión de pornografía infantil y transmisión de material perjudicial a menores. Para lograr su cometido O’Connor llevó las conversaciones que sostenía con Ethan a la plataforma Discord, con controles laxos en el intercambio de mensajes.
Se estima que Roblox cuenta con 40 millones de usuarios que son menores de 13 años. También, una realidad es que en esta plataforma no existe una verificación del contenido que los mismos usuarios generan.
En Estados Unidos parece que comienzan a tomarse este problema con seriedad. Al menos, este 2025 han sido presentadas más de 20 demandas en tribunales federales. Se acusa a Roblox de permitir explotación sexual, ya que algunos usuarios han manipulado o coaccionado a otros para compartir material sexualmente explícito o realicen actos sexuales.
Roblox puede no ser para niños. Tampoco lo que sucede dentro de ella. Los especialistas coinciden. Este tipo de plataformas pueden generar ansiedad o depresión, ya que la estimulación y la dependencia que crea puede resultar todo menos un juego.