A inicios de noviembre de 2025, un hecho concreto se convirtió en un torbellino mediático: la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, fue víctima de acoso sexual mientras caminaba y saludaba a la multitud en el Centro Histórico de la Ciudad de México. En cuestión de horas, las redes sociales se llenaron de mensajes, memes y videos sobre el tema.
Pero, junto con las expresiones de apoyo, emergieron cientos de publicaciones que negaban o relativizaban el incidente. Algunas aseguraban que “fue un montaje”, y otras afirmaban que se trataba de “una cortina de humo” para distraer la atención de otros temas políticos.
Con ayuda de VerifactzGPT, el agente de IA desarrollado por este Observatorio de Medios Digitales, aplicamos un proceso de verificación paso a paso para separar hechos de rumores y analizar cómo el discurso digital puede revictimizar a las mujeres cuando denuncian violencia. Lo que sigue, es el resultado que arrojó el GPT, verificado y curado por el OMD-Tec.
1. Lo que realmente ocurrió
El 4 de noviembre, la presidenta Sheinbaum se dirigía caminando hacia la Secretaría de Educación Pública deteniéndose para saludar a las personas en su trayecto, cuando un hombre, aparentemente en estado de ebriedad, se acercó e intentó tocarla y besarla. El individuo fue detenido por elementos de seguridad, y Sheinbaum presentó una denuncia formal ante la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México.
El hecho fue confirmado por fuentes oficiales y verificado por medios nacionales e internacionales:
Los datos coinciden en tiempo, lugar y descripción, lo que confirma que el acoso sí ocurrió y fue denunciado.
2. El rumor de la “cortina de humo”
Pocas horas después de conocerse el caso, comenzaron a circular mensajes en redes sociales que sostenían que el episodio era una estrategia política para desviar la atención de temas como la inseguridad, la inflación o decisiones de gabinete.
Sin embargo, no se hallaron verificaciones independientes que presentaran evidencias sólidas de que el evento fuese planeado como distracción. Los medios de verificación que cubrieron el suceso se enfocaron en el acto, la denuncia, la detención del agresor, y las implicaciones de género y seguridad — no en vincularlo a una operación política o usarlo como cortina de humo.
Este tipo de narrativa es una forma clásica de desinformación política, conocida como “contenido engañoso”, en la clasificación de Claire Wardle (Information Disorder, 2019).
Se utiliza un hecho verdadero (el acoso) y se le atribuyen intenciones o contextos falsos (distracción mediática), para sembrar duda y desgaste político.
La “cortina de humo” funcionó más como un marco narrativo polarizador que como un argumento basado en evidencia. En la práctica, desvió la conversación de lo esencial: una agresión sexual contra una mujer, en plena vía pública.
3️. Revictimización digital y violencia simbólica
Las redes sociales no solo amplifican los rumores: también reproducen formas de violencia simbólica. En este caso, la revictimización fue evidente.
Comentarios que minimizan el acoso sexual, cuestionan la reacción ante el mismo y su denuncia, o sugieren una ganancia política, restan credibilidad a la víctima y refuerzan estereotipos machistas. Estos discursos no informan: dañan.
La revictimización digital opera en tres planos:
- Narrativo: desacredita la palabra de la víctima.
- Visual: transforma la agresión en memes o burlas.
- Colectivo: trivializa el hecho por afinidades políticas.
Negar la experiencia de una mujer en el espacio público –algo que no es ajeno para muchísimas mujeres y niñas mexicanas– no solo perpetúa la impunidad, sino que envía un mensaje peligroso: que denunciar puede ser peor que callar.
4️. Verificar con enfoque de género
Verificar no es solo comprobar datos: también implica mirar con perspectiva de género.
Esto significa:
- Reconocer que las mujeres —y especialmente las mujeres en el poder— son blanco frecuente de acoso y campañas de desprestigio.
- Analizar cómo los discursos digitales pueden reforzar desigualdades.
- Cuestionar si una noticia se cuenta con empatía o con morbo.
Una verificación ética no debe limitarse a decir “esto es verdadero o falso”, sino a evaluar el impacto simbólico de cómo se cuenta la historia.
En el caso Sheinbaum, centrarse en si “fue un montaje” en lugar de analizar la agresión en sí misma contribuye a normalizar la violencia y debilita la credibilidad de las víctimas.
5️. Lo que aprendimos: verificar es cuidar
El análisis del hecho original con la matriz Verifactz arrojó una fiabilidad del 90%: fuentes confiables, contexto coherente y evidencia visual verificada. La desinformación vino después, impulsada por interpretaciones sin sustento.
El caso demuestra que la desinformación no siempre miente sobre los hechos, sino que manipula su sentido.
En este episodio, la “cortina de humo” fue el relato paralelo que negó la condición de víctima y volvió el acoso un tema de simpatías políticas en lugar de un acto de violencia.
💬 Conclusión
El acoso a Claudia Sheinbaum sí ocurrió, y la narrativa de la “cortina de humo” carece de sustento. Resulta preocupante la manera en que parte del ecosistema digital revictimizó a la presidenta, convirtiendo una agresión real y una denuncia fundamentada en arma política.
Queda por analizar el impacto que la denuncia de la presidenta puede tener en la agenda pública y en la percepción social sobre la violencia hacia las mujeres, considerando que, aún ante esta situación que la vulnera, Sheinbaum es una figura con poder político y visibilidad mediática que le diferencia de otros casos de acoso sexual.
Cada clic, cada retuit, cada comentario puede amplificar el daño o contribuir a frenarlo. Verificar con enfoque de género no solo protege la verdad: también protege a las víctimas.
*VerifctzGPT es un asistente de IA para la identificación de desinformación difundida en redes sociales, con base en la metodología del Observatorio de Medios Digitales del Tecnológico de Monterrey.