A diez días de la elección judicial, comienzan a aparecer bardas pintadas que invitan a votar por ministros, magistrados y jueces del nuevo Poder Judicial. Llama la atención que el color de las letras coincide con el del partido actualmente en el poder.
En redes sociales y servicios de mensajería instantánea, perfiles afines a Morena —incluidos exfuncionarios y simpatizantes del partido fundado por Andrés Manuel López Obrador— han intensificado su participación en la recta final de esta campaña inédita.
Uno de los casos más visibles es el de Pedro Salmerón Sanginés, exdirector del Instituto Nacional de Estudios Históricos de la Revolución Mexicana y funcionario público desde el sexenio de Vicente Fox. En su cuenta de X publicó una infografía destacando candidaturas femeninas para la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN): Lenia Batres, María Estela Ríos, Selene Cruz, Natalia Téllez Torres y Arely Reyes. El mensaje, acompañado por breves semblanzas, refuerza una narrativa clara: todas aspiran al cargo de ministra, con una orientación política definida.
Otro actor relevante es José Ramón López Beltrán, hijo del presidente. Aunque no ostenta un cargo público, su influencia es palpable. En X, declaró su preferencia por Batres, Yasmín Esquivel y Ríos como futuras ministras.
Diversos analistas coinciden en que no hay coincidencias en política. Las redes sociales claramente favorecen a Batres y Esquivel, ambas cercanas a López Obrador y actuales ministras con licencia. Las dos, además, buscan presidir el Máximo Tribunal del país.
Perfiles identificados con Morena, como los de Urana, Alejandra F. de Erruzca y Chesare Cortés, han promovido el voto por estas candidatas. También han respaldado a aspirantes al Tribunal de Disciplina, como Bernardo Bátiz, Celia Maya y Verónica de Gyves.
Más allá de lo legal o ilegal de estas acciones, es evidente que el proceso carece de la imparcialidad esperada en una elección judicial. Las redes sociales no solo fungen como el principal medio de difusión de las candidaturas, sino también como una plataforma de movilización política orientada a influir en el electorado rumbo al 1° de junio.
Casos más preocupantes han sido reportados en estados como Coahuila, donde líderes de Morena —como Alejandra Salazar, Alberto Hurtado, Cecilia Guadiana y Luis Fernando Salazar— han sido exhibidos en medios locales promoviendo el voto con "acordeones" que recomiendan a los perfiles avalados por la 4T.
Ante estas irregularidades, derivadas de vacíos legales en un proceso sin precedentes, el Instituto Nacional Electoral (INE) ha lanzado la plataforma Conóceles, Práctica y Ubica para que la ciudadanía simule su voto. Según su consejera presidenta, Guadalupe Taddei, la iniciativa busca evitar que los votantes lleguen a la casilla con una guía partidista.
Sin embargo, hay un problema estructural: cientos de candidatos en contienda, tanto en tribunales locales como en el ámbito federal, tienen afiliación o simpatía política. Esto compromete la promesa central de la elección judicial: la construcción de poderes judiciales autónomos. Así, podríamos enfrentar jueces y ministros cuyas decisiones estén condicionadas por lealtades partidistas.
Según datos recientes del INE, Morena cuenta con 2 millones 322 mil 136 afiliados. Si la estrategia del acordeón resulta efectiva, podríamos ver tribunales teñidos de guinda... con el desafío mayor de no teñir también la toga.
Por supuesto, la oposición, aunque fragmentada, también ha comenzado a movilizar a sus bases para disputar espacios judiciales con sus propios candidatos.